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miércoles, 2 de octubre de 2013

Cristo pantocrátor vs. Cristo desnudo

Durante el periodo bizantino se expresa el arte cristiano. Pero pocas veces en esta sociedad secularizada a Cristo crucificado. Visualizamos las primeras expresiones del arte cristiano el paleolítico cristiano y el pantocrátor los detallaremos a continuación.

La desnudez de Cristo

Gran parte de la queja llegó al centro de la desnudez de Cristo, no el medio excéntrico. La idea de que los genitales de Cristo deben ser visibles fue vista como ofensiva por los católicos fervientes. Ellos están en una larga y honorable tradición.
 Por lo menos con respecto a la desnudez de su Cristo, Caballero está en buena compañía. La estatua de mármol que Miguel Ángel entregado en 1525 a sus clientes en Roma siguió lo estipulado en el contrato, que especifica " una figura de mármol de Cristo de tamaño natural, desnudo" .

Miguel Ángel fue uno de los numerosos Cristos desnudos en el Renacimiento, muchos niños, pero no exclusivamente. En 1983, Leo Steinberg dedicó un libro entero al tema, la sexualidad de Cristo en el arte renacentista y en olvido moderno.
Los penes divinos del niño Jesús no reciben con frecuencia la atención directa de su madre, Santa Ana, reyes e incluso los donantes. La razón es que lo divino se ha encarnado, hecho carne en todos sus detalles humanos.

Aún más notable son las imágenes de Cristo como hombre de dolores con una erección innegable bajo su taparrabos. Las erecciones son comunes en las ejecuciones en la horca, pero su atribución al Cristo resucitado es probablemente una manifestación literal de su cuerpo que tiene engañado a la muerte de la manera más viril.
Sin embargo, incluso en los tiempos de Miguel Ángel, las nubes de tormenta de la gazmoñería populista se estaban reuniendo. Los dominicanos de S Maria sopra Minerva decretó que un taparrabos, debe añadirse a ocultar la desnudez vergonzosa de Cristo - junto con un zapato de bronce para proteger de pierna derecha desde kissers celoso. Fue en este espíritu censurador que desnudos de Miguel Ángel en su Juicio Final fueron dotados con " pantalones " de Daniele da Volterra.

Cuando se restauró la estatua se eliminaron las adiciones. Sin embargo, en una reciente visita a Roma, para ver si podría ser posible tomar prestado el taparrabos descartado para la exposición de las representaciones de sexo que estamos organizando para la galería Barbican, me encontré con que una franja más reciente de cortinas de bronce se había añadido. Cruzar sólo el muslo derecha, que se cuelga en el desafío de la gravedad entre las piernas.
Que el desarrollo y la eventual dominación del cristianismo en la antigüedad tardía cambiaron profundamente las necesidades de los clientes y la salida de los artistas. A diferencia de paganismo, el cristianismo no requería imágenes de divinidades desnudas y nuevas actitudes ponen en duda y el oprobio en el atletismo desnudo, baño público, y el valor del cuerpo humano. El énfasis cristiana sobre la castidad y el celibato otras representaciones descuentos de la desnudez. En este clima, había pocos motivos para estudiar el desnudo, y las figuras desnudas son tanto raro en el arte medieval. Entre las excepciones notables son Adán y Eva, cuya historia arroja desnudarse en una luz siniestra. En las obras antiguas finales como el sarcófago de Junius Bassus (ca. 359; Grutas de San Pedro, Ciudad del Vaticano), las formas ideales de desnudos grecorromanos se transforman en los primeros exponentes del pecado. La debilidad e indefensión del hombre desnudo y una mujer se destacó en el arte medieval, y esta tradición se extiende hasta el siglo XV, en obras como La expulsión de Giovanni di Paolo del Paraíso (31/01/1975).

Una de las causas de utilizar el pantocrátor y el rechazo a la desnudez de Cristo es que los orígenes, lo datan en la evolución del pensamiento agustiniano (basado a su vez en los neoplatónicos) que otorgaron más importancia al alma que al cuerpo corruptible. El cuerpo y por tanto la belleza eran pasajeros e inútiles para la salvación de las almas, de ahí que la representación del desnudo clásico fuera decayendo y no se recuperar hasta que, tras la aparición del pensamiento de Santo Tomás de Aquino, se le volviera a dar importancia al estudio de la naturaleza y a su representación fidedigna.
El Pantocrátor es una iconografía frecuente en el arte bizantino y en el arte Románico, transmitiendo a través de su imagen la fuerza y el poder justiciero de Dios, en un equivalente al poder totalitario ejercido por los monarcas cesaropapistas del Imperio bizantino, o por la nobleza feudal de la Edad Media europea. En última instancia se trata de una referencia a la autoridad ejercida desde el miedo, que se traslada a una concepción cristiana basada asimismo en el “temor de Dios”. Concepción religiosa ésta que variará radicalmente cuando llegue el periodo Gótico y cambie la consideración cristiana hacia un Dios más humano, de la mano de un profundo cambio en la concepción social y política del final de la Edad Media.
El Pantocrátor se representa por ello bajo un aspecto severo, de expresión seria y solemne, que en ocasiones alcanza rasgos coléricos. Para mayor expresionismo gestual su fisonomía adopta el rostro con bigote, barba y larga melena negra. Es habitualmente un Cristo nimbado y a veces coronado, y cuyo gesto habitual muestra la mano derecha bendiciendo y la izquierda sobre las Sagradas Escrituras.

Se suele representar sentado en un trono o sobre la bóveda celeste, en un signo de su autoridad universal. Se rodea de una mandorla, un marco en forma de almendra cuyo origen se hallaría en el clípeo de los retratos funerarios romanos y que evocaría el simbolismo de la esfera celeste como imagen de perfección. Aunque en el caso de la mandorla al tener forma almendrada complica su simbolismo, pues se trata de una figura geométrica diseñada con dos círculos que se cortan. Lo que supone una representación de los dos mundos, el terrenal y el celestial. La ubicación de Cristo en la mandorla alude así a su doble condición humana y divina.


Así pues, el arte paleocristiano y bizantino (e incluso el Gótico) nos ha legado una serie de imágenes de Cristo a la manera romana y que, además, tienden a tener un aspecto muy clásico, haciendo que hoy nos resulte muy llamativo ver a ese Jesús representado como un Apolo, muchas veces por el clasicismo de las escena y otra por nuestra asociación mental dios desnudo = dios clásico.

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